jueves, 4 de junio de 2009

Miles huyen a las calles; hay 18 heridos


Cientos de familias tuvieron que abandonar presurosas sus hogares esta madrugada durante varias horas, amenazadas por las llamas del incendio que se produjo en una envasadora de gas licuado de petróleo (GLP) en la autopista de San Isidro.
Solamente el famoso rumor de un maremoto en 1998 pudo haber provocado la huida de más gente.
Mujeres en toallas, pijamas y otras casi desnudas corrían despavoridas por las calles de los residenciales que bordean todo el entorno de la autopista.
La gente corría a pie, en yipetas, carros, camionetas y motocicletas para ponerse a salvo de las llamas, la humareda y las destrucciones que provocaron las ondas expansivas de las explosiones.
El incendio se produjo a eso de las 12:20 de la madrugada en la envasadora León Gas, próxima al destacamento de la avanzada de la Policía, en el trayecto hacia la base aérea de San Isidro.
Fue provocado por un escape que se produjo en una de las mangueras de un tanquero con capacidad de entre 9 mil y 10 mil galones que descargaba combustible.
En la envasadora sólo estaban el guardián identificado sólo por el nombre de Jacobo y el chofer del tanquero. Ambos resultaron heridos al igual que otros que pasaban por el lugar o vivían cerca y fueron alcanzados por las llamas y los efectos de las ondas expansivas.
Entre los afectados figuran Yonkelia Aguilera, de 36 años, quien sufrió quemaduras de segundo y tercer grados y fue hospitalizada en la Unidad de Quemados del hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan).
Quemaduras de segundo y tercer grados sufrieron también Fernando Rosario, de 47 años; Silvestre Velorio, de 49 años, José Ramón Terrero, de 23 años, Víctor Mejía, de 17 años, y Humberto Vásquez, de 56.
Igualmente están heridos, según el doctor Juan Rodríguez, director de Emergencia de la Secretaría de Salud Pública, Jorge Fernández, de 36 años; Judith de Fernández, de 30, y Amuras Rosanna Mota, de 28, entre otros.
De acuerdo a Rodríguez, de estas personas unas fueron atendidas en el hospital militar Ramón de la Lara y otros en el Morgan.
Uno de los tanques voló en dirección Norte-Sur y se estrelló contra una plaza y quedó recostado en el segundo nivel de la edificación. La parte que quedó en tierra hizo un gran hoyo.
El jefe del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo, Rafael Javier Bueno, dijo que el tanque pudo haber recorrido varios kilómetros si no se estrella contra ese edificio. Entre los negocios afectados figuran el centro ferretero J&L y el centro cervecero La Escala.
Por la destrucción que hay en casas y negocios de esos alrededores, las pérdidas son multimillonarias.
Y entre las casas afectadas está la de uno de los redactores de esta noticia, José Miguel Montero, ubicada a seiscientos metros de la envasadora y a la que se le desprendió una ventana.
En los residenciales La Moneda, Amarilis, Josué, Paco, Nuevo Amanecer, Regina, así como en el sector Mendoza, no quedó una gente en casa.
Mucha gente sólo atinó a tomar su familia, incluidos perros y gatos mascotas.
En algunos casos tres horas después mucha gente no se atrevía a retornar a sus hogares.
Cientos de carros, yipetas, camionetas y motocicletas fueron aparcados a ambos lados de la autopista repletos de hombres, mujeres y niños de familias entera que abandonaron sus casas aterrorizados por las llamas y la humareda.
El coronel Javier Bueno, jefe del Cuerpo de Bomberos, dijo que se trató de un fuego tridimensional (fuego por combustible en caída libre o cuando sale a presión de un recipiente).
Afirmó que la intervención del Cuerpo de Bomberos evitó que otro tanque estallara y la tragedia fuera mayor.
Bueno alabó la colaboración que recibieron los bomberos de la Defensa Civil, Salud Pública, Policía y la Fuerza Aérea.

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