jueves, 14 de noviembre de 2013

¿División? ¿Cuál división?
Por CESAR MEDINA
Nos quieren hacer creer que los dominicanos estamos divididos respecto del tema haitiano... No hay ninguna división, ni entre los dominicanos que viven aquí ni entre los que viven fuera.
Muy pocas veces en nuestra historia contemporánea habíamos marchado tan unidos en el propósito común de librar nuestro país de una vil y vulgar acechanza como la actual.
Las mediciones dicen que una proporción que excede el 80 por ciento de la población se manifiesta a favor de la sentencia del Tribunal Constitucional que busca regularizar la situación de los extranjeros que viven ilegalmente en nuestro territorio.
Que son, en su enorme mayoría, ciudadanos haitianos que han cruzado para este lado de la isla y se han establecido aquí sin ningún control y sin ninguna regulación, como si fuéramos una sociedad realenga, sin ley, sin control de nada.
Todos los países del mundo –incluyendo las sociedades tribales–, controlan su inmigración por ser ese un derecho soberano innegociable que no se le puede discutir y mucho menos negar a ninguna nación organizada.
España, Chile, Perú...
España tiene jurisprudencia sobre el caso de una pareja de dominicanos indocumentados que tuvo un hijo nacido en un hospital de Madrid.
Reclamaron para él –y por vía de consecuencia para ellos también–, la nacionalidad española.
Las autoridades migratorias le negaron la nacionalidad al niño por el ius solis o derecho de suelo.
Los padres acudieron a los tribunales, y las cortes españolas en todas las instancias ratificaron la decisión administrativa de negarles la nacionalidad.
Posteriormente los padres se hicieron residentes, solicitaron la nacionalización y hoy son españoles con todas las prerrogativas de la ley.
Es la referencia que consigna la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional en su página 79, sin citar detalles específicos. Exactamente nuestro caso con los indocumentados.

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