Esquea y el
futuro del PRD
Por Nélsido
Herasme
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escribir lo que pienso. Por eso a partir del momento en que conocímos al doctor
Emmanuel Esquea Guerrero, hemos permanecido inclinado reverentemente a su
manera de proceder en política.
Su testimonio
de vida habla por si solo.
El Dr. Esquea
es un hombre de armas tomar, una persona sin miedo a manifestar las cosas tal y
como las siente y, es por ello que en nosotros, este político tiene a un
ferviente espectador.
Reza el dicho
que “a grandes males grandes remedios”. No es un secreto que ahora mismo
hay una crisis en el Partido Revolucionario Dominicano la que puede ser
superada temprano o un poco más tarde, pero que nadie le tema a la duda, porque
al final será solucionada.
En este momento
no haremos una retrospectiva histórica de sus crisis, no tocaremos los
problemas surgidos en los años 70s entre el profesor Juan Bosch y el Dr. José
Francisco Peña Gómez, ni las dificultades suscitadas en la década de los
80s entre Jorge Blanco y Jacobo Majluta.
Más bien analizaremos las dificultades
sucedidas del año 2000 a
la fecha, en cuyo único proceso no hubo problemas cuando Emmanuel Esquea
presidió al PRD, organizó la
XVII Convención Nacional y sus organismos funcionaron casi a
la perfección.
Recordemos que
en el año 2004 el candidato presidencial confrontó dolores con el presidente
del partido; en el 2008 el aspirante presidencial se quejó con amargura de la
desidia del presidente del partido y es harto conocido lo sucedido en el pasado
certamen electoral.
En cambio, los
perredeístas recuerdan en 1997 la entrega del Dr. Emmanuel Esquea, cuando el
gobierno de Leonel Fernández se oponía a que la JCE suministrase los fondos económicos a los
partidos políticos, pleito ganado por la oposición.
Fue en la
presidencia del Dr. Esquea que en el año 1998, 10 diputados del PRD fueron
expulsados, acusados por los organismos de alta traición, al oponerse a que el
fenecido Winston Arnaud ocupara la presidencia de la cámara de diputados.
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