Nuevas terapias en favor del placer femenino
Las mujeres conocemos poco nuestros cuerpos, y hasta nos cuesta nombrar algunas partes. Desde la sexología y la psicología, avanzan propuestas para tratar problemas --como la incontinencia urinaria, el vaginismo y la dispareunia-- y mejorar la calidad de nuestra vida sexual.
Nuestro cuerpo
Empecemos por el principio: "ahí abajo" las mujeres tenemos el pubis (la vulva, el Monte de Venus), los labios internos y externos, la vagina, el clítoris, la uretra, el periné y el ano. Tenemos distintos esfínteres y diferentes músculos pelvianos. Y tenemos, a su vez, los órganos sexuales internos, más ligados a la reproducción: los ovarios, el útero y las trompas de Falopio.El periné o perineo es un músculo que sostiene los órganos situados al nivel de la pelvis. Es muy pequeño, pero aguanta el peso de varios órganos, interviene en la expulsión de las heces, los gases y la orina y, gracias a él podemos, expandir o contraer la vagina durante las relaciones sexuales. Por eso es importante conocerlo, "manejarlo" y tonificarlo.
El trabajo sobre el suelo pelviano también permite resolver disfunciones sexuales. "Los músculos pubocoxígeos juegan un papel central en la vida sexual de la mujer por dos motivos: deben ser capaces de relajarse para permitir una penetración vaginal placentera, y deben tener, a la vez, una buena tonicidad para lograr una respuesta orgásmica satisfactoria", precisa la sexóloga.
Los sexercicios de Kegel
Esto fue lo que descubrió el doctor Arnold Kegel a mediados del siglo pasado, cuando desarrolló sus ejercicios de fortalecimiento muscular del periné. Comprobó que sus pacientes no sólo resolvían problemas de incontinencia urinaria sino que comenzaban a tener mayor frecuencia e intensidad en los orgasmos, y algunas reportaban incluso haberlo experimentado por primera vez.
"Cuando la mujer tiene dificultades para realizar las contracciones por sí misma, se recurre a una electroestimulación pasiva, que ayuda además a rehabilitar una musculatura debilitada. Se emplea para ello una amplitud de intensidad tolerable, que no produzca dolor", agrega.
Los tratamientos incluyen videos y material didáctico orientados a aprender sobre el propio periné y el significado que éste tuvo en la historia psicosexual personal. A loa largo de las sesiones, se realizan ejercicios de vitalización perineal, respiratorios, posturales y de la llamada "gimnasia abdominal hipopresiva", que resultan muy eficaces si se practican con regularidad.
Otros recursos en los que se apoya el tratamiento son los conos vaginales, los huevos de jade, o los ejercitadores pélvicos, que pueden resultar muy útiles para seguir ejercitando en casa. "Todos estos ejercicios ayudan a irrigar la zona genital, a aumentar la tonicidad y vascularización de la vagina, a familiarizarse con el contacto de la zona y a incrementar las posibilidades de acceder al climax sexual, para vivir orgasmos más intensos y recuperar la confianza en la propia genitalidad durante las relaciones sexuales", propone Tobi.
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